Y yo que creía que sabía de qué trataba la navidad, debo
reconocer que no tengo un espíritu especialmente navideño, también debo
confesar que me reconcilie un poco con la navidad cuando me hice mamá.
Entonces, según yo navidad era la sonrisa de mis hijos, y
si, quizás eso es parte de lo que es la navidad, pero es solo eso una parte, fui hace poco a
un lugar bonito donde había gente bonita.
Niños como los míos,
jugando con su inocencia y sus sonrisas parecidas a las de mis hijos, también veía
gente alegre, familias, madres, hijos, hermanos, conocí la vida desde otra esquina y me di cuenta que
ese podía ser otro gran significado para esta época de la navidad.
Toda esa gente
bonita sonreía y era alegre, no
necesitaban regalos, estrenos, ni nada de lo que la sociedad de consumo nos
vende como motivos para ser felices estos días.
Ellos y ellas sonreían porque en sus corazones había
alegría, alegría de tener amigos para compartir, hermanos para jugar, padres y
madres para abrazar e hijos para bendecir y luchar, hoy finalmente puedo decir
que me reconcilie para siempre con la navidad, gracias gente bonita, gracias a
todos, dios les bendiga y les cuide, ¡Feliz Navidad!
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