No logro comprender la razón del odio, de ese que
lamentablemente siente ese sector de la población que no acompaña las ideas
revolucionarias, esos que aunque reciben beneficios por parte del estado como
mi vecino, que vive como yo de su quincena, no se da cuenta que sus líderes no
abandonan el odio como bandera.
El problema no es en si el odio sino lo que el produce, la
enfermedad de la derecha fascista se llama odio y produce muertes, con esto
recuerdo las guarimbas y sus guayas asesinas, los asesinatos de los y las
camaradas del sector la limonera, recuerdo el asesinato de los camaradas Robert
Serra, María Herrera, Eliécer Otaiza y el más reciente el del joven estudiante
en el Zulia, esas son cosas que no se explicarme y muchos menos sé cómo
explicarle a mis hijos.
No sé cómo explicarles que hay gente que odia sin razón, y
que su ambición de poder es tan grande que la vida humana pierde valor ante sus
objetivos, lo que sé, es que la derecha fascista como brazo ejecutor del
imperialismo en Venezuela necesita neutralizar al pueblo infundiendo miedo,
miedo a las madres de perder a sus hijos y a los hijos de perder a sus padres,
miedo para abandonar la lucha.
Pero la tristeza, el odio y el temor no lograran
desmovilizarnos ni desmotivarnos, tenemos la certeza que lograremos la paz como
sea, ya pasamos y superamos grandes dolores como lo fueron la enfermedad y
perdida física del comandante Chávez, y aún con ese dolor incalculable fuimos a
defender la revolución en el plano electoral, y lo volveremos a hacer las veces
que sea necesario, el pueblo sabe todo lo que ha costado tener voz y voto y no
lo dejara perder, porque sabemos que ante toda dificultad las respuestas son
Unidad, Lucha, batalla y victoria, ¡el pueblo vivirá y vencerá!
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