miércoles, 20 de mayo de 2020

Direc tv o no tv


En la amplitud y pluralidad del respeto, en los diversos criterios, allí estamos justo en este momento de la historia, donde es importante no olvidar que nos encontramos en medio de una situación de fuerza mayor que nos obliga a estar auto confinados en casa.

Nuevamente nos toca ver como lamentablemente muchos del discurso donde "cabemos todos y todas", mismos que descalifican sin piedad a quienes no pertenecen al reducto donde se encuentran con sus verdaderos iguales privilegiados y acomodados, se paran con una mano en la cintura para burlarse de quienes van perdiendo derechos, evidenciando que siguen desde dentro apostando a la lucha entre bandos, al resentimiento añejado, al rencor que se les fue pudriendo poco a poco.

Y entonces caben varias interrogantes, realmente ¿Cabemos todos?, ¿Entenderemos finalmente que nos demanda este momento de la historia al que hemos sido llamados?, ¿Comprenderemos que no es el tiempo de miserias y revanchismos?, ¿Aceptaremos que son tan validos los derechos del que tiene menos, como lo son los derechos del que tiene un poco más?, ¿Se podrá encontrar la concordancia entre el decir y el hacer que han perdido muchos que hoy se hacen voceros ciegos de los venenos que otros toman y nos quieren obligar a beber?

Busco una y otra vez en la vigente constitución del 99, tan defendida y expuesta, como poco estudiada por muchos, las excepciones que deberían excluir los derechos de un grupo o de otro, o en su defecto, lo que debería ser válido o no dependiendo del criterio de quienes juzguen, pero sigo sin encontrar eso, por el contrario, veo una y otra vez el discurso unificador y reconciliador donde todos tenemos igualdad de derechos, deberes y garantías.

Se hace urgente, cada vez más, que entendamos que de tanto mirar y criticar los errores del contrario llegamos a repetirlos e incluso empeorarlos, asumamos que si este tiempo en amenaza de muerte no nos hace mejores, de nada habrá servido todo el esfuerzo por mantenernos con vida; si este valioso tiempo no nos mejora enseñándonos a respetar al contrario, a tratarle dignamente cuando este frente a nosotros vulnerable, a ser honorables y guardarnos en integridad, regresaremos todavía peores, más voraces, para autodestruirnos más rápido y con menos ayuda externa.

 ¡Vivamos!, en la libertad del respeto y el derecho a ser del otro, en el verdadero y sincero principio de amar al otro, de entender sus necesidades, que no necesariamente serán las nuestras, pero serán, y en el marco de la justicia, serán tan legítimas como las nuestras hoy, mañana y siempre.



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