miércoles, 19 de agosto de 2015

Las semillas del futuro

¿En qué momento comenzamos a perder a nuestros chamos?, ¿cuándo el problema fue más complejo que quitarle las comiquitas violentas y no comprarles pistolas para jugar?, ¿de qué forma sus infantiles ídolos fueron reemplazados por hombres con armas de fuego y problemas con la ley?, ¿acaso perderemos a nuestras niñas que quieren usar tacones y minifaldas antes de saber la tabla del 2?, ¿por qué tanta insistencia del mercado de convertir a nuestros niños y niñas en una interminable cadena de miserias? Esas son las preguntas que se me cruzan por la cabeza al ver como nos vamos deteriorando socialmente, hace mucho la revolución descubrió que para sembrar la patria nueva y poder verla germinar era necesario trascender del discurso a la acción. Es la razón por la cual el estado fue abarcando las carencias que vienen desde el hogar, por eso en las escuelas hay un plan para asegurarle a los niños y niñas los alimentos mientras estén en jornada escolar, también es por esa razón que aunque no hay actividades escolares los niños niñas y adolescentes están en un plan vacacional patrocinado por el estado, eso explica además el incentivo de las canaimitas y tabletas asignadas a nuestros hijos e hijas estudiantes. Nuestra esperanza esta en la juventud consciente que produce, trabaja y emprende, pero además asumimos el compromiso de atender a esas semillitas, sabemos que el adversario los quiere como mano de obra barata, los necesita consumiendo sus productos lícitos o no, mientras el nuevo modelo social que defendemos y estamos construyendo les ofrece reconocerse en sus potencialidades para avanzar en conjunto, si bien es cierto tenemos algunos gerentes ineficientes, también hay otros comprometidos y sensibilizados que es lo que necesitamos para caminar hacia el futuro que nos merecemos.

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